"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

miércoles, 11 de junio de 2014

Te podías haber callado la puta boca, porque aun no era el momento de decir nada. 
Me repito esto desde ayer. Es un vídeo infinito en el cual solo aparece una pantalla negra y yo diciéndome eso.
He convertido "el mejor año" de mi vida en un desastre. Me he hundido en el barro hasta las pantorrillas y voy sin cuerda. ¡Viva!
Que si que tienes razón en lo que decías, pero la razón nunca da la felicidad, y en este caso menos.
No vale la pena que me insulte sin parar, si al menos me hubieras dejado tu (o no se lo que hemos hecho sinceramente) podría insultarte y odiarte y desfogarme de alguna manera, pero no. Como siempre he sido yo y mi odiosa mente macabra la que le gusta jugar con mi vida como si fuera un castillo de naipes y soplar para ver como se destruye todo lo que había construido, porque a pesar de estar edificado sobre un frágil hilo transparente, en apenas un día me he dado cuenta de yo le quiero más de lo que imaginaba.

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