"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

lunes, 28 de enero de 2013

Cada uno tiene sus fantasmas. Unos más y otros menos. Yo tengo un exceso, para mi gusto. Y los guardo como archivos en alguna parte de mi portatil y me torturo de vez en cuando. Masoquismo placentero podria llamarse. Cosas que podrian haber sido y no fueron... incluso a veces los veo en la calle y me pregunto, ¿como es tan facil dejar de hablarse, verse etc, y tan dificil comenzar a hacerlo?