"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

jueves, 21 de junio de 2012

Siempre he sido una escéptica , y además orgullosa de serlo. Jamás hasta ahora había creído en lo que todo el mundo cree, dígase la sinceridad, la amistad para toda la vida o el amor. Iba a contracorriente y me gustaba. Vivía al margen del mundo porque sentía que así me había demostrado la vida que tenia que ser. De vez en cuando incluso afianzaba más esta postura con opiniones autodestructivas de seres que me provocaban cierta fascinancion. Llegué a pensar que aquellas personas eran lo más parecido al amor que tendría en toda mi vida. Llegué a creerme que nada tenia sentido y daba lo mismo lo que hiciera . Pero al parecer me equivocaba.

martes, 19 de junio de 2012

El poeta miraba por la ventana , intentando memorizar cada uno de los detalles de la escena rutinaria que se desarrollaba fuera de las paredes de su  casa. Cada color, cada olor, cada palabra, cada escena...como si nunca antes la hubiera visto. Junto a el, el hielo de su  vaso de whisky se iba deshaciendo por momentos aguando inevitablemente la bebida. Bebia a sorbos cortos, manteniendo el liquido en su boca durante unos instantes, no le gustaba mucho el sabor, pero le encantaba la sensacion que el alcohol provocaba en su cerebro, haciendolo botar. Le impedia pensar con claridad y eso le hacia evadirse de su angustia continua. 


martes, 12 de junio de 2012

Hazme sentir lo que no he sentido hasta ahora. Hazme tener miedo de perderte en cada segundo. Haz que la sola idea de verme forzada a olvidarte sea una pequeña tortura. Y te aseguro que seré tuya. Es más simple de lo que pensamos y a la vez infinitamente más complejo de como lo hacemos. Pero la esencia reside en que si con el tacto de su piel alcanzas el extasis y con el susurro de sus palabras consigue cautivarte la mente, ya nada puedes hacer hasta que te destruya el alma. No eres suya, porque nadie es dueño de nadie, pero tu mente si lo es, y no hay arma más poderosa, tanto para bien como para mal, que el amor.

Y ahora ...¿que?

Y llegas a ese punto en el que ya no hay marcha atrás. En el que has de decidir tu papel en este mundo y te das cuenta de que no sabes lo que realmente quieres. Un yo abstracto ha convivido contigo hasta ahora dandote ideas desde ambas posturas y es ahora cuando has de decidirte cuando no sabes que hacer. Tienes dos opciones, ser tu y olvidar tus sueños, optar por vivir anonimamente sin más aspiracion que la propia salud de tu alma, dedicandote a los demás sin remordimientos solo por y para ser una hormiguita más que ha hecho lo que ha podido con su vida. O no perder de vista tus sueños ya hacer de estos el centro de tu vida, a costa de todo y de todos, incluso de tu propia felicidad. Serlo todo para un fin y dejar atrás todo lo que sea necesario con el fin de alcanzarlo. ¿Qué es lo mejor entonces? ¿ Ser feliz animicamente o profesionalmente? ¿Es necesario la superacion personal maxima como medio de realización personal?¿ Es alcanzable todo lo que albergo en la mente o solo es fruto de la imaginación?¿Quién me garantiza que el camino que escoja va a ser el mejor?

Heridas de guerra

Exhibía sus heridas de guerra porque era lo único que le había quedado tras la batalla. Atrás había dejado su vida y todo lo que la conformaba. Ya nada tenia sentido. Su desgarrada alma lucia peor que sus magulladuras. La vida lo había abofeteado y allí estaba en el final de sus días intentando mantenerse en pie sin esperanza alguna de recuperar el pasado. No volverían aquellos días en los que los errores de su existencia no le recordaran lo que había perdido. Sentado en el banco de su celda, pensaba que hubiera sido de el de haber podido reconocer el camino correcto. Un camino que no hubiera sido una autopista hacia el infierno que le había conducido allí. Una alternativa al desenfreno y la locura de su juventud que le hubiera impulsado a pensar al menos dos veces las decisiones que tomaba. Elegir mejor sus compañías, haber huído del alcoholismo y las drogas , o quizá simplemente haber valorado más a su familia no habría dado lugar a verse entre cuatro paredes grises y rodeado de extraños, almas putrefactas y encerradas como escarmiento.






Vagaba sin rumbo fijo por aquellos pasillos, mientras oia los gritos de los otros presos a su alrededor. Intentaba explicarse a si mismo como había acabado allí, cómo se había vuelto tan dañino para si mismo y para la sociedad. Fue entonces,frente a su celda , cuando con determinación y sin vacilacion alguna sacó un bote de pastillas de su bolsillo, lo tragó con un poco de agua y se tumbó boca arriba en su catre a esperar que llegara su deseado fin.