"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

lunes, 19 de septiembre de 2011

Encadenadas

No es un desparecer por desaparecer, es un desaparecer con motivo. Motivo fundado y requetefundado de pensarlo mucho. De pensar que a veces parece raro. Tan raro que hasta la rareza te margina.Marginarse en ideas y pensamiento. Pensamientos que no consigues que te abandonen nunca. Abandonarte a la locura es lo único que te parece sensato. Sensatez que jamás ha impregnado tu vida. Una vida que has vivido sin pensar, solo sentida y ahora te pasa factura. Factura de juventud mal aprovechada y libre. Libre como una paloma que echa el vuelo, bates las alas. Esas alas que a mi me cortaron y que me da cada avión. Aviones a un nuevo mundo. Mundo de crueldad y amor. Amor o mentira. Mentira te engañaron con esas bonitas historias. Historias de hadas y princesas que no existen. Existencia fatal , dulce agonía. Agonía de las palabras sin significado y las voces sin sonido. Sonido de silencio. Silencio de Corderos. Corderos que van al matadero. Callados porque saben que su destino es desaparecer.

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