"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

jueves, 21 de junio de 2012

Siempre he sido una escéptica , y además orgullosa de serlo. Jamás hasta ahora había creído en lo que todo el mundo cree, dígase la sinceridad, la amistad para toda la vida o el amor. Iba a contracorriente y me gustaba. Vivía al margen del mundo porque sentía que así me había demostrado la vida que tenia que ser. De vez en cuando incluso afianzaba más esta postura con opiniones autodestructivas de seres que me provocaban cierta fascinancion. Llegué a pensar que aquellas personas eran lo más parecido al amor que tendría en toda mi vida. Llegué a creerme que nada tenia sentido y daba lo mismo lo que hiciera . Pero al parecer me equivocaba.