Se intentaba esconder en su vida feliz. Intentaba por todos los medios desaparecer en medio de la multitud como un ente más sin nada que aportar al mundo. Se sentia al mismo tiempo vacia. Sin alma. La felicidad hacia inconsistente su vida de continua psicosis. Sus paranoias la atormentaban pero fijia su mentira. La felicidad le negaba su ser. Estaba loca. Pero no está bien visto ser así. Está mal visto ser una loca. A no ser que te metas algo y sea cosa de las drogas. Su mentira se hacía cada día más grande y más poderosa, le habia robado su ser y la habia dejado ajena a sus demonios interiores.
¿Realmente valía la pena fijir cordura en un mundo de locos mentirosos?