"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

lunes, 13 de agosto de 2012

La joven  se despertó de un respingo en mitad de la noche. La frenetica accion de su sueño había provocado que abriera los ojos súbitamente en medio de un ahogado grito. Intentó acompasar sus altidos y su respiracion mientras miraba a la oscuridad que la rodeaba. Estaba arropada en su cama, nada malo había ocurrido o podía ocurrir. Se secó los ojos empañados en lágrimas con las sabanas mientras se volvía a acurrucar pegada al borde de la cama para retomar aquel espantoso sueño.