"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

viernes, 22 de julio de 2011

Te lo dije...dirias

Me estoy volviendo como tu. Y no me gusta para nada eso. Estoy retrayéndome en mi misma y eso solo provoca autodestrucción. Recuerdo lo que me decias y ahora te tengo que dar la razón ( Te lo dije-dirias). Dijiste que acabaría como tu y ya estoy casi a punto. No obstante hay una barrera que me impide cruzar la línea de la cordura y dejarme destrozar por mi mundo interior. Últimamente leo tu blog, miro lo que miras, escucho lo que escuchas y veo lo que fotografías. Siempre me ha gustado tu mente en exceso. Salvo por la parte más destructiva y psicópata de ella , que hasta cierto punto me daba miedo. Ahora que no hablamos es cuando mejor y mas a gusto me siento con nuestra amistad. Ahora que pienso en ti e imagino que habría pasado de seguir viéndonos tan a menudo. “Te follaria la mente”-decias…pues yo también. Nada más sincero que aquello y a la vez destructivo. Una amistad de susto. Jamás hallé mente tal por estos paramos…menos mal que nunca lees lo que escribo. El tiempo te ha dado la razón , aunque no del todo. Me hiciste creer que el amor no existía. Lo negué porque aun no lo había sentido. Te lo seguiré negando aunque algún día me enamore de verdad. Tus teorías diversas me interesaban, y perder el tiempo en tu cama me gustaba. Aun recuerdo algo especial que me dijiste , cuando me llamabas aun como auna cria. La vida es como una línea recta en el espacio, cada persona es una línea, las hay que cortan en un punto determinado y continúan su rumbo hacia otra parte, las hay que cortan y permanecen un tiempo en el mismo rumbo y otras que mantienen el mismo rumbo eternamente. Hay que asumir que hay algunas que hay que dejarlas marchar. Te he dejado marchar. Fuiste una línea importante en mi vida que ha cruzado y dejó huella. He sentido tus palabras, tus consejos, tus labios e incluso tu alma pero ya era hora de saber que cada uno debía seguir su rumbo. 

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