"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

martes, 25 de octubre de 2011

Y dijo Jamás

Ella deseaba que un día, el en un arrebato, la besara hasta dolerle los labios. Que mordiera su boca hasta hacerle sangrar de placer y que sus manos recorrieran cada centímetro de su cuerpo en una caricia eterna. Le miraba distraída, analizaba meticulosamente cada uno de los rizos que le sobresalían de la oreja. Le observaba de vez en cuando las manos, sentía el bello de sus brazos erizarse cuando existía el tacto inesperado de sus pieles. Pensó en sus manos extremeciendose a un ritmo cardíaco acompasado en forma de canon. Quería sentirlo todo en un segundo. Le apetecía mas que nunca tenerlo cerca y perderse con su cabeza en su pecho. Pensó en abrazarle sin motivo aparente y poner alguna escusa absurda. Desechó la idea. Le cogió las manos para levantarse de un impulso. Sinti una caricia, quizá la imaginó.Intentó borrar de su mente esa sensación. Porque todo lo hacía por el bien de los dos. Por eso le dijo y se dijo a si misma: Jamás.

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