"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

miércoles, 29 de junio de 2011

Es una sensación de infame vacío cuando ves que nada importa. Es un hueco en el que aprecias la indiferencia verdadera. Es donde te preguntas ¿Qué hice mal? Y no hallas solución. Es ese punto en el que te ves espoleado de todo lo que te importaba, así porque sí. Sin previo aviso, sientes como eres un bicho raro, que no importa que existas o no. Es esa sensación que te llama a desaparecer en la oscuridad y no volver nunca más. Sensación pesimista creada por la propia mente y tus propios sentimientos. No quiero arrastrar a nadie a este infierno mental que padezco, ya que todo lo que intento aproximar lo destruyo

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