"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

jueves, 23 de junio de 2011

Luces  se estrellan contra las paredes, como botes de pintura que estallan sin previo aviso. Caos personal mental, que vislumbra indecisión al final de un túnel infinito. Ensoñación marítima que te lleva volando más alla del horizonte. Libertad, sensación de exceso de aire en los pulmones que te hace no poder respirar de tanta pureza. Aguas cristalinas, montañas que te faltan ojos para poder admirar. Un beso  que se detiene en su clímax , una caricia bajo la ropa que eriza la piel en su conjunto. Una sensación de increíble placer ocasionado por nada. Un sueño , un imposible. Una utopia que va más alla de los sentidos, que percibe cada uno de los roces que su mente imagina que nota cada mordisco, cada gota de sudor en su piel que que perlan su cara y su cuerpo. Sus manos humedas y templorosas que rozan su cuerpo con timidez que quiere gozar sin saber, que pretende sentir sin saber, que desean tenerlo todo sin haber tenido nunca nada. Unas lagrimas caen de sus ojos, congestion en la mirada. Sus miradas unidas por un hilo invisible. Nadie sabe porque. Pero los sueños son así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario