"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

viernes, 8 de abril de 2011

La verdad

Al parecer tengo cara de persona digna de confianza. La gente se equivoca. Es una falsa apariencia que finjo genial. Con la que ocultar una cara no tan bonita como la que muestro. Una agria y fría que no piensa tanto en los demás. Una forma de ser egoísta y autodisplicente que justifica todos mis errores. Que impide que mi mente piense en algo más que su propio bien. Una forma de ser compleja y enrevesada que cambia frecuentemente de parecer. Así porque sí. Sin más. Que no mira en el de enfrente y que ataja las cosas tal cual. Aunque duelan. Ha llegado a ser una maquina calculadora de pros y contras. Un programa de riesgo sin más complejidad que porcentajes. Nada digno de confianza. Nadie en quien poder contar para siempre. Una persona que cree en pocas cosas. Ni en la amistad ni en la verdad. Y que pronto dejará de creer en el amor. Un acorde de guitarra. Efímero y bello, pero banal y temporal.