Mis queridas princesas, os escribo para informaros de algo importante: “Los cuentos de hadas no existen”. Los príncipes ni son tan guapos, ni tan románticos ni tan considerados, valientes, educados como se os han mostrado en las películas de Disney. Tampoco va a lomos de un noble corcel blanco. Algunos con suerte tienen el coche de su padre los fines de semana o la moto vieja del rebelde de su hermano mayor que se fue de casa a los 30.

El otro punto era que “no existen los cuentos de hadas”, esto es por el simple hecho de que todos no estamos bien todos los días. Hay mañanas que nos levantamos bordes, cansados, irónicos, contestones. Si os dais cuenta las princesas nunca salen ha actuar un día si han tenido rabieta con el príncipe el día anterior. Porque a veces el príncipe quiere negro y la princesa blanco, y el gris es un color feísimo. Porque hay días que la joya de la corona estaría mejor en casa de su madre y otros que no lo apartarías de tu lado en todo momento. Porque hay días de caras largas, días en que te levantas con ojeras y no quieres ni que te miren. Me sabe mal, chicas pero os tengo que decir esto, vais a tener que dejar un poco de ser princesas, para mirar con otros ojos hacia abajo, donde os aguardan hombres mejores que vuestros “amados” príncipes perfectos.