"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

lunes, 2 de mayo de 2011

Lluvia. Gotas repiquetean contra el suelo con un ritmo irregular pero constante. Las calles mojadas. Se acumulan agua en los desniveles de las aceras formando charcos. Unos pies apresurados los pisan y salpican las botas. Los coches pasan deprisa y forman olas que rompen en las aceras. Gente con paraguas. Todos ordenados en un desorden urbano dirigen sus caminos hacia un lugar cubierto. Un gato atigrado se salvaguarda de la lluvia bajo un coche aparcado. Todos andan apresurados. Temen a la lluvia. Yo no. No me gustan los paraguas. Me parecen lo mas incomodo e inútil que existe. La función en si de ese artilugio es no mojarte. Pero nadie ha conseguido tal hazaña. Yo soy de chubasquero. Asumo que me voy a mojar, pero prefiero sentir la lluvia sobre mi misma y ver el poder de la naturaleza desprendido en algo tan bello y necesario como una gota de agua. Paseo tranquilamente por mi ciudad, una como otra cualquiera, sin nada en especial más allá de lo normal. Tiene cafeterías, tiendas, calles, monumentos, parques donde perderse... Y ahora mismo algo me llama sumamente la atención. Feria de libros antiguos. Tengo un gusto extraño y casi obsesivo por estos sitios. Donde la gente ve un mercado de libros viejos, yo veo un paraíso. No hay nada más bello y mas triste que una feria así. Triste porque los libros allí reunidos han sido de alguna forma "abandonados", dejaron de ser queridos, por viejos, por aburridos. Se trata de libros que han vivido una vida. Tienen una historia más allá de la que contiene entre sus hojas. Un pasado. Lo bello es su futuro. Hallar a alguien que los mime y quiera, que los coloque en una estantería, que los lea y disfrute de nuevo de sus historias. Es como adoptar un nuevo ser. Adoro estas ferias porque cada vez que voy siento la necesidad de salvar a uno del olvido, la soledad y el polvo. Asumo que lo mio no es una practica común. Pero el mundo no es solo para la gente común..si lo fuera no estarían escritos estos libros.

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