"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

jueves, 3 de marzo de 2011

(...)

-¿Por que lloras?
-Porque tengo pena
-¿Por qué tienes pena?
-Por que le quiero
-¿Por qué le quieres?
-Porque me mira
-¿Por qué te mira?
-Porque le hablo
-¿Por qué le hablas?
-Porque él también llora
-¿Por qué llora?
-Porque la quiere
-¿A quién quiere?
-A ella
-¿y ella le quiere?
-No
-¿Por qué no?
-Porque ella no quiere a nadie
-¿Por qué no quiere a nadie?
-Porque no es feliz
-¿Por qué no es feliz?
-Por que lo quiere todo
-¿Qué quiere?
-Cualquier cosa que nadie tenga
-¿Por qué?
-Porque solo piensa en ella
-Y entonces. ¿Porqué el la quiere?
-Porque ella es guapa
-¿Por qué es guapa?
-Porque va a la moda
-¿Y tu no eres guapa?
-No tanto como ella
-¿y porqué lloras si sabes que la quiere a ella?
-Lloro porque no se fija en su interior
-¿Cómo es ella?
-Ella es egoísta
-¿Y por qué el no se fija en ti?
-Porque soy su amiga
-¿y por qué no le dices lo que sientes?
-Porque me da vergüenza
-¿Qué te da vergüenza?
-Decirle que le quiero