"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

lunes, 21 de marzo de 2011

Historia de un desamor

Era otoño. Hacia un frio intenso del que se mete en los huesos. La esperaba en la puerta del local. 5:30. Llegaba tarde.

Le expuso su escusa mientras entraban. Beso en la mejilla. Olor a cerezas maduras. Se sentaron. Pidieron un cafe.

Hablaron. Ella estaba enamorada de nuevo.El seguia enamorado de ella.El piano sonaba al fondo. Olor a café.

Recuerdos infinitos de un tiempo finito. Ella se marchó. El pidió un whisky en la barra. Escuchó atento Für Elise de Beethoven.

Se hizo tarde. 11:30. No sabia cuanto tiempo llevaba allí. Ni cuantos whiskys. Pagó la cuenta. Mirada cristal de alcohol.

Llegó  a casa. Dejó las llaven en la entrada. Se tiró en el sofá. Comenzó a recordar. Amargo sabor de boca .


La conoció por una amiga. Era joven. Bella. Pelo Ondulado. Piel blanca. Labios rojo pasión.

Quedaron mucho, se gustaban. Conversación intensa e interesante . Ella tenia claro lo que quería. El la queria a ella.

2 meses. Pasaba el tiempo. Tuvo que decirselo; estaba enamorado de ella. Ella tambien se habia enamorado de el.

Besos suaves. Besos intensos. Besos sabrosos. Besos y más besos. No podian separarlos. Nada iba a separarlos. Perfección.

Cabellos entre las sabanas. Manos entrelazadas. Amor a flor de piel. Paraiso. Idealización. Miradas intensas que lo dicen todo. Pasión.

Calles , mundo. Unas manos que jamás se separarían. Familias. Compromisos.Se hizo oficial. Estaban juntos, juntísimos.

Planes, sueños, ideales. La vida en común los unió todavia más. Eran indestructibles. Se equivocaron.

Nadie preveió la rutina. El hastío. Lo repetitivo. Volver a casa era volver a lo de siempre. Olor a sabanas limpias. Desinfectante.

Cada uno buscaba lo mejor par si mismo. Un camino sin retorno, el egoismo apareció. Nada seria como antes. Amor sin pasión ausencia de besos.

Fin . Ella encontró otro mejor. Redescubrió la pasión. Se calló mientras pudo. Ya era tarde, el ya lo sabía.

El se hundió en el alcohol. Ella entre los besos sucios de un extraño. El lloró, ella gritó. Todo se supo.

Intentó sustituirla, fue incapaz. No podia. No pudo hacer nada, esperó a que el hastío lo consumiera. No podia consigo mismo.

Ella tuvo pasió. Ignoró el amor. Finjió  ser feliz, y nunca más volvió a serlo de verdad. Cambió de ciudad.

El decidió marcharse. Todos los rincones le evocaban recuerdos. Cada risa. Cada olor. Cada sesación.

Un dia la volvió a ver. Ya no era ella. Decidió quedar. Era su ultima oportunidad. Sí, aun la amaba.

Ella se sorprendió con el reencuentro. Aceptó quedar sin objección. Necesitaba verlo en el fondo. Le echaba de menos. No obstante. Orgullo.

Llegó tarde. Se mostro vanidosa y altiva. Ofreció la visió de su coraza. No podia dejarse llevar. Si la besaba, era su fin.

La vió diferente. Se desilusionó y la vio marchar. Ahora estaba tirado en el sofa. Amargo sabor. En la mano una foto de ella sonriendo.