"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que el. El escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio". El juego del Ángel. Carlos Ruiz Zafón

domingo, 13 de marzo de 2011

(LLL)

H
ace ya un tiempo que nos separamos, aunque por muchos años que pasen jamás podré olvidarte ¿Quién podría olvidar esa entrañable carita de ángel, esa mirada de gatito pillín que no rompió un plato en su vida? Y aunque rompiste muchos en tu larga vida gatuna, no puedo remediar recordar esos momentos con ternura. Tu compañía silenciosa, era mi inspiración, con tus suaves e infinitos ronroneos de placer me acompañabas mientras hacía los deberes diarios, aunque yo siempre creí que era una estrategia de vigilancia de mamá. Me esperabas junta a la puerta de casa como gran centinela de tu castillo, vigilante ante la presencia de cualquier ruido y de mi hora de llegada de clase.¿A quien sino le leeré ahora los poemas de amor de Bécquer? Aquellos que escuchabas con mirada atenta y soñadora, mientras nos tumbábamos las frías tardes de invierno en el sofá envueltos con la mantita de monitos en la que tanto te gustaba dormir. Hay muchas cosas de ti que no olvido ni olvidaré, cada rincón de casa te hecha de menos, mama, papa y yo te mandamos un gran beso allí donde estés ahora, y aunque para mí esa distancia sea abismal , en realidad tampoco estamos tan lejos porque siempre te llevaré en mi corazón.
Tu dueña